lunes, 3 de marzo de 2014

La piedra de Toque

Dice la historia que cuando la gran biblioteca de Alejandría  se quemó , sólo un libro se salvó, pero no era un libro valioso y por este motivo un hombre pobre que sabía leer, lo compró por unas pocas  monedas. El libro no era muy interesante, pero entre sus páginas había algo realmente notable. Era un trozo pequeño  de pergamino en el que estaba escrito el secreto de la "Piedra de Toque".

La Piedra de Toque era un pequeño guijarro que podía convertir en oro puro cualquier metal común. El escrito explicaba que se hallaba entre los miles y miles de otros guijarros que tenían, exactamente, su mismo aspecto. Pero este era el secreto: la piedra  verdadera sería  cálida al tacto, mientras que los guijarros ordinarios serían fríos. Así fue como el hombre vendió sus escasas pertenencias y acampó a orillas del mar, para ir probando los guijarros.

Se dio cuenta que si recogía guijarros ordinarios y los arrojaba en el mismo lugar  porque estaban frios, podrá volver a recoger el mismo guijarro cientos de veces. Por lo tanto, cuando sentía que un guijarro estaba frío lo arrojaba al mar. Se pasó  un día entero en esta tarea; sin embargo, ningún guijarro era la Piedra de Toque, pero continuó haciendo lo mismo: recogía un guijarro, frío, al mar ; recogia otro guijarro, al mar también.

Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Él siguió  insistiendo de la mañana a la noche. Sin embargo, cierto día a media tarde, recogió un guijarro caliente con tan mala suerte , que acostumbrado a que todos los que recogía estaban fríos, lo arrojó  sin darse cuenta . Había creado un hábito tan fuerte de arrojar  cada guijarro al mar, que cuando al fin llegó el que tanto deseaba , también lo arrojó.

Ocurre lo mismo con la oportunidad. A menos que estemos atentos, es fácil no reconocer una oportunidad cuando se nos presenta; y es igualmente fácil , desperdiciarla.

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