jueves, 26 de julio de 2018

CUENTO PARA EMPRENDEDORES/AS

Muchos pensaban que estaba loca y tal vez, en cierto modo lo estaba. 
Blanca era una campesina de mediana edad que trabajaba su tierra con talento, pero con mucho más esmero aún. 

Vivía obsesionada por sembrar, no siempre las mismas semillas, pero sí sembrar, todos los días, mañana y tarde, año tras año, con sol y con lluvia también. 
Su situación no era holgada, no todo lo que sembraba daba frutos y muchas veces, pasaba privaciones.
Blanca estaba convencida que si no dejaba de sembrar, por sequía que hubiese , por inundaciones que padeciera, algún día cosecharía los frutos que tanto deseaba y que harían realidad su sueño. 
No todos entendían tal perseverancia, aún en las condiciones más severas, Blanca sembraba con frío, con calor extremo, mientras los árboles perdían su ropaje y mientras las flores estallaban en el paisaje. 

Cada semilla que colocaba en la tierra, era para ella una oportunidad, la posibilidad concreta de que algo bueno o bello creciera. Sabía que había otras campesinas quienes, esforzándose menos, cosechaban más, otras que tal vez usaban métodos más modernos consiguiendo aún ganancias mayores. 
Sin embargo, si bien no perdía de vista estas circunstancias, tampoco le importaba tanto. Estaba convencida que algún día, más tarde o más temprano, obtendría la cosecha que deseaba y que creía merecer. 

Pasaba el tiempo y Blanca seguía metiendo sus manos en la tierra y cobijando cada semilla dentro de la misma con todo el amor del que era capaz. 
Pasaba el tiempo y Blanca no lograba obtener esa cosecha tan deseada. Algunas plantaciones sí creían, pero tal vez no todo lo que ella esperaba. Otras nacían en forma maravillosa como un preludio de un sueño cumplido, pero luego se marchitaban, dejando en Blanca algo similar a la sensación de fracaso. 

No se consideraba la mejor campesina, pero sabía que era buena. Era crítica consigo mismo y pensaba una y otra vez en qué podía mejorar para lograr su tan esperada cosecha. 
- Tal vez no siempre cuente con las mejores semillas--pensaba. 
- Debo ser más cuidadosa con el clima--se culpaba. 
- ¿Y si no soy buena para esto?--se preguntaba. 

Pasaba el tiempo y la cosecha no era lo que Blanca soñaba. 
Un día sintió algo parecido al cansancio, una sensación de abatimiento que, hasta ese momento, le había sido ajena. Se sentó bajo un árbol y comenzó a mirar sus campos. 
Sólo en algunos asomaba una planta, una flor, algo que la llenara de orgullo. 
-Ya he sembrado demasiado--se dijo. Es hora de esperar resultados. Son muchas semillas que dejé, alguna deberá prender. Es tiempo de vivir dignamente. 

Siguió pasando el tiempo y la cosecha apenas si mejoraba en algunos casos, en otros se mantenía igual. Se prometió a sí misma, que esperaría a que los frutos de tanto esfuerzo llegaran por fin. 
Los días no eran iguales, se hacían largos y tediosos. El sentarse a esperar no era tan gratificante como introducir sus manos en la tierra. 
Mirar día tras día las plantaciones en nada se parecía a la sensación maravillosa de tomar las semillas con su mano, seleccionarlas cuidadosamente, casi amorosamente. 
No, el entusiasmo no era el mismo. Por fin se dio cuenta. 

Siempre creyó que lo que hacía con tanto amor era esperando un resultado, una flor, una planta, un vegetal. Sin embargo, ese día tomó conciencia que sembrar, sólo sembrar, era lo que más amaba. 
No se trataba de no desear ver el fruto, se trataba de otra cosa. 
Ningún resultado era comparable con el esfuerzo, ninguna cosecha reemplazaba el "mientras tanto". 
Ese día, aquel que aprendió que la vida se trata más de sembrar que de esperar, fue realmente feliz. 

Y siguió colocando semillas en la tierra, regando, cuidando, trabajando...y también siguió esperando, pero de una forma diferente. 
Ahora sabía que , más allá de una buena cosecha o mala cosecha, seguiría sembrando, pues esa era su esencia, fuese cual fuese el resultado, con o sin frutos. 

"Nunca nos podemos dar por vendidos/as, debemos mirar más allá de nuestros propios límites, luchar por lo que verdaderamente queremos en nuestras vidas". 

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