lunes, 22 de diciembre de 2014

Ni tú ni yo somos los mismos

Se cuenta que Buda fue el hombre más despierto de su época. Nadie como él comprendió el sufrimiento humano ni desarrolló tanto la benevolencia y la compasión. Se dice que entre sus primos se encontraba el perverso Devadatta, siempre celoso del maestro, empeñado en desacreditarlo y desear, incluso, su muerte.

Cierto día , Buda estaba paseando tranquilamente y Devadatta, escondido en la cima de una colina, le lanzó una pesada roca a su paso. No obstante, la roca no dañó a Buda, quedando sólo cerca de él. Así pues Davadatta no consiguió su objetivo. Buda se dio cuenta de los sucedido, pero permaneció impasible sin perder su sonrisa.

Día despues, Buda se cruzó con su primo y lo saludó afectuosamente. Muy sorprendido, Davadatta le preguntó:

- ¿No estás enfadado primo?
- No, claro que no .
Davadatta insistió:
- ¿Por qué no estás enfadado si sabes que he intentado matarte?
Buda le respondió:

- Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando ésta fue arrojada. Para el que sabe ver, todo es transitorio, para el que sabe amar, todo es perdonable.

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