Dicen que un hombre conviertió en el espacio de dos años, un territorio pedregoso , en un jardín lleno de flores que se hizo famoso en la comarca.
Un día , un santo barón pasó por el jardín y, para que el jardinero no olvidara quién era el Creador Supremo de su obra, le dijo:
- Jardinero, este jardín tan hermoso es una verdadera bendición que Dios te ha dado.
El jardinero comprendió el mensaje y le respondió:
- Tienes razón santo barón, si no fuese por el sol y por la lluvia, por la tierra y por el milagro de las semillas y por las estaciones del año, no tendría ningún jardín; ¡pero deberías haber visto cómo estaba este lugar hace dos años cuando Dios lo tenía sólo, para sí mismo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario