En una ciudad de Grecia vivia un sabio famoso por tener la respuesta para todas las preguntas. Un día un adolescente, conversando con un amigo, dijo:
- Creo que sé como engañar al sabio. Voy a llevarle un pájaro que sujetaré en la mano, y le preguntaré si está vivo o muerto. Si dice que está vivo, lo apretaré y una vez muerto lo dejaré caer al suelo; si dice que está muerto abriré la mano y lo dejaré volar.
El joven llegó hasta el sabio y le hizo la pregunta:
- Sabio , el pájaro que tengo en la mano ¿ está vivo o muerto?
El sabio miró al joven y le dijo:
- Muchacho, la respuesta está en tus manos.
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