Cuando el Maestro se hizo viejo y enfermó, los discípulos no dejaban de suplicarle que no muriera. El Maestro les dijo:
- Si yo no me voy, ¿ cómo podréis llegar a ver?
- ¿Y qué es lo que no vemos mientras tú estás con nosotros? - preguntaron ellos.
Pero el Maestro no dijo ni una palabra.
Cuando se acercaba el momento de su muerte, los discípulos le preguntaron:
- ¿Qué es lo que vamos a ver cuando tú te hayas ido?
Y el Maestro , con una pícara mirada en los ojos , respondió:
- Todo lo que he hecho ha sido sentarme a la orilla del río y daros agua. Cuando yo me haya ido, confío en que sepáis ver el río.
Anthony de Mello
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